Hace un par de años, casi en el mismo tiempo que el puente que comunicaba a Barquisimeto con el poblado donde vivimos colapso por la crecida del río, fue la época en que nos decidimos a recorrer una parte del país que yo hasta entonces no había conocido..los Andes venezolanos. Fue una decisión que solo nos tomó 5 minutos y en menos de una hora teníamos el auto lleno de cobijas y sweteres para protegernos del frío.
Nos dirigimos por la carretera que va hacia Acarigua para atravesar Portuguesa, Barinas que es la parte llanera, aprovechar para visitar el santuario de la Virgen de Coromoto y así seguir bordeando el camino hasta llegar a los elevados terrenos andinos. Fueron muchos los lugares que recorrimos..El Páramo de la Culata, Mucuchies, Mérida, el observatorio de Llano del Hato, Venezuela de Atier y por supuesto el lugar al cual me voy a referir en este post sin desmerecer los antes nombrados. Mérida cuenta con muchos lugares donde quedarse a dormir ya que es una ciudad que vive del turismo y entre la variedad existente encontramos unos chalets cercanos a los Aleros por lo que muy temprano en la mañana nos dirigimos al lugar haciendo escala en un lugar para comernos unas empanadas y café. Los Aleros es el primer pueblo museo de Venezuela donde nos muestran de una manera agradable y participativa, lo que para el año 30 fue la vida andina. Es un poblado de 8 hectáreas, lleno de sorpresas, sus 80 habitantes, sin contar los fantasmas y aparecidos, lo invitan a disfrutar de innumerables vivencias del pasado andino. Cada rincón de los Aleros nos deparaba una sorpresa. Desde la entrada uno empieza a respirar un aire añejo que evoca recuerdos no vividos pero leídos en algún libro de escuela. Para entrar se aborda un autobús rural que nos lleva a conocer como funcionaba una estación de gasolina de los años 30 y en el camino hasta somos asaltados por los ladrones de carreteras. De ahí empiezan las visitas a los alambiques, a la escuela de música, la escuelita, etc. Todas las cosas que se observan en ese lugar son antiguas, los techos y muchas de las estructuras son pertenecientes a casas del lugar que datan de la misma fecha.
Por el camino se pueden observar a sus habitantes haciendo los oficios que antaño realizaban, a las mujeres trasquilando ovejas e hilando la lana para convertirlas en cobijas y los hombres otros oficios. Estar ahí todo el día es ser participe de las costumbres de la Venezuela de Gomez, entrando en las barberías donde los “estilistas” solo realizaban el corte totuma, bailar con los ritmos de antaño, almorzar en los restaurantes típicos o si se es mas atrevido, se puede poner traje de la época y tomarse fotografías desde las viejas cámaras que aún funcionan (pero con una instantánea por debajo jeje)
Por el camino se pueden observar a sus habitantes haciendo los oficios que antaño realizaban, a las mujeres trasquilando ovejas e hilando la lana para convertirlas en cobijas y los hombres otros oficios. Estar ahí todo el día es ser participe de las costumbres de la Venezuela de Gomez, entrando en las barberías donde los “estilistas” solo realizaban el corte totuma, bailar con los ritmos de antaño, almorzar en los restaurantes típicos o si se es mas atrevido, se puede poner traje de la época y tomarse fotografías desde las viejas cámaras que aún funcionan (pero con una instantánea por debajo jeje)
No hay que olvidar pasear por la Plaza Bolívar, única con una estatua pedestre del Libertador; en la oficina de correos, puede enviarle una postal o tarjeta a algún amigo distante, en la imprenta y en la venta de artesanía Las Tapias, puede adquirir un recuerdo típico de Los Aleros….y aunque no lo creas, esta pequeña aldea cuenta con su propia capilla y su propio cementerio
Historia.-
Los Aleros fue el primer pueblo temático desarrollado en Venezuela, fundado en 1984 por Alexis Montilla, quien también creó La Venezuela de Antier unos años más tarde.
Este visionario futurista ha sido nominado como el Walt Disney del Páramo por sus creaciones. Ha sido muy largo el camino desde que Montilla abandono la primaria en el seminario de Táchira para irse a Caracas a vender alpargatas. Siempre soñó con hacer de los andes un lugar a donde las personas pudieran ir y llevarse un grato recuerdo y sin duda ha logrado eso y mucho masSi algún día pueden acercarse hasta los andes venezolanos no dejen de visitar este pueblo y les aseguro que volverán a su lugar con una visión nublada por el pasado y una sonrisa llena de presentes
Ya de regreso de este viaje por Mérida nos devolvimos por la ruta de los picos andinos y atravesamos muchos pueblitos pintorescos hasta regresar a Barquisimeto
Pueden realizar una visita virtual a traves de la página: Los aleros
Nuestra próxima parada...Venezuela de Antier
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