sábado, 3 de mayo de 2008

REGRESANDO A PACASMAYO

Yo no recuerdo muy bien mi llegada a Pacasmayo porque venia durmiendo en el auto que compartía con mis papas y mis 5 hermanos, pero jamás podré olvidar la imagen que guardo en mi mente del hermoso mar que se podía ver bajando por la carretera que nos llevaba hacia ese hermoso valle que se forma en los andes donde el río Jequetepeque, el clima y el tiempo han sabido esculpir caprichosas montañas como Chocofán, con verdes valles de sembríos de arroz, plátanos y otras plantas que refrescan el ambiente de este cálido valle
Aún estaba muy pequeña para darme cuenta que nuestra vida sería así por mucho tiempo, de un lugar a otro, por el empleo que tenía mi papá en las fábricas de cemento.
Aquí empezaba la época que vivimos en Pacasmayo y en la cual conocimos a muchas personas que ya hace tiempo han pasado a ser solo parte de nuestros recuerdos de infancia.
Nuestra primera casa fue en el mismo malecón Grau (En nombre de ese gran almirante Miguel Grau que un día anclo su buque en esa playa para visitar a un querido amigo ) y nada mas teníamos que salir por la puerta para llegar hasta la playa. Esa orilla es muy diferente a la que ven mis hijos ahora en las playas que visitamos en Venezuela, estaba conformada de muchas piedras que el mar rodaba cada vez que sus olas venían y se recogían haciendo un ruido que aún hoy puedo rememorar.
Una de las cosas que mas recuerdo de ir a la playa es cuando nos poníamos a buscar “muimuies” en la orilla, metiendo las manos en la arena y luego se los llevábamos a mi mamá para que hiciera arroz con muimuies


Hoy por hoy, el mejor lugar para navegar en olas en el Perú es el pueblo de Pacasmayo. En mis recuerdos no tengo aquellos en donde se practicaban surfing o por lo menos no les prestaba la atención pero leyendo en Internet encontré que la playa donde se navega se llama "El Faro" y está a cinco minutos al sur del pueblo. El viento es side-offshore y se pueden encontrar olas de poco más de cuatro metros, en los mejores días. Es más común, sin embargo, tener olas de entre uno y dos metros y medio. El viento no es muy fuerte, pero sí bastante consistente, especialmente en los meses de invierno y primavera. Sopla normalmente entre 13 y 20 nudos.
Desde cualquier punto del malecón se podía ver muy bien el muelle del puerto fundado en 1775 por los conquistadores españoles y que en su época había servido para estacionamiento de barcos que llevaban las mercancías agrícolas hacia otros puertos e incluso a chile, pero que ahora, después del maremoto que azoto ese lugar en 1918 había quedado reducido a escasos 500 mts.

Mis recuerdos ya no son muy frescos pero recuerdo el colegio donde estudiábamos que me hace pensar era una edificación antigua de dos niveles, y donde el castigo preferido de los directores era encerrar al que se portaba mal junto a un esqueleto humano. Ahí estudié parte de kinder y primero grado por lo que debo haber tenido unos 5 o 6 años asi que de ahí mi mala memoria.
No puedo olvidar tampoco la bajada que había en la calle donde vivía ”La loca Mariela” amiga de mi hermana y que le decíamos así por su carácter indomable. Las mayores ya estaban aprendiendo a bajar esa pendiente en bicicleta y frenar con los pies y yo no quise quedarme atrás y sin escuchar las negativas que me decían me aventuré a ser toda una experta de dos ruedas sin tomar la precaución de que ya montada en el aparato y adquiriendo velocidad no podrían mis pies alcanzar el suelo y por consiguiente el estrellón contra la pared al final de la bajada no se hizo esperar y termine con el manubrio en mis caderas y las rodillas rotas lo cual no fue mi mayor castigo a mi terquedad sino que al día siguiente la familia se iba de paseo y yo tuve que quedarme en cama .
Luego de vivir en el malecón (el mismo en donde mi hermana Mari aprendió a no subestimar a los perros y mucho menos si hablan alemán para no termino con los dientes del can en sus partes traseras) vivimos en otra casa de donde son muchos los recuerdos pero el que mas asalta mi memoria cuando pienso en ella es mi vecina que tenía uno de esos primeros tocadiscos portátiles donde se ponían los discos de acetato de una sola canción y escuche lo que me imagino fue la primera versión de una canción que decía…”Porque se fue y por que murió…porque el señor se la llevo…” y que terminaba yo llorando por la muerte de esa mujer
El malecón tenía al final un club donde solíamos almorzar a veces y donde se realizaban las fiestas de disfraces, los concursos de pesca, los fuegos artificiales de fin de año que eran unas torres altas, y en el otro extremo por el lado del ferrocarril se encontraba el tenebroso cementerio
En esa ciudad pasamos paperas, varicelas..y todas las enfermedades que daban en esa época a los niños, Rosana tenía enamorados a todos los niños de la cuadra y tuvo su primero novio ahí porque yo vi cuando ella se beso con uno mientras jugábamos escondidas, Nella era una adolescente con pretendientes por montón, Mari aparte del perro aprendió que las puertas de vidrio no se detienen con la mano abierta a menos que se quiera tener mas de 100 puntos, Miguelito era un niño travieso, Lili apenas una bebe y yo una niña malcriada y llorona.
Algún día he de volver a Pacasmayo para volver a respirar ese aire que

moldeó en gran parte la fantasía que llevo dentro de mi y poder gritar desde lo mas profundo…..regresé